El detalle más logrado

Como si de una auténtica obra de arte se tratara, así idea y elabora Fiona Cairns sus famoso pasteles. A sus 56 años es conocida por sus dulces secos, su estilo, elegancia y detalle, que se venden en las tiendas más exclusivas de toda Inglaterra.

«Me siento privilegiada, contenta, súper excitada con esta tarea», dijo Cairns que fue seleccionada junto a McVitie, otra de las diseñadoras que creará un segundo pastel para la boda. «Se trata de un pastel de frutas, con una receta tradicional que tiene un twist especial para esta ocasión», explicó.

«El pastel lleva muchas flores, y tiene el lenguaje de las flores, algo que se usaba en la época victoriana, que expresa el significado de muchas emociones que no se pueden explicar con palabras», agregó Cairns. El diseño llevaba las flores nacionales imprescindibles en este tipo de eventos: la rosa de Inglaterra, el narciso de Gales, el cardo de Escocia y el trébol de Irlanda.

No podemos negar el cuidado y estilo que pone esta artista a toda su obra. Una combinación perfecta de artesanía y buen gusto culinario. Su estilo propio «pasteloso» era ya inconfundible y lo será más todavía con este encargo que ha sabido cumplir con muy buena nota.

Pero llegados a este punto nos podemos preguntar: ¿de dónde surge la tradición de la tarta nupcial? 

Al principio estaban hechos a base de harina, uno de los símbolos de fertilidad y prosperidad. Hace unos 1900 años, los romanos empezaron a coger harina y sal, obteniendo con esto pequeños pasteles. Durante la ceremonia el novio comía una parte de este pastel y después él rompía lo que quedaba encima de la novia. Esto era símbolo de buena fortuna y bendición.

Con el aumento de tamaño del pastel y la modernización de los pasteles se hizo imposible continuar con este ritual.En el siglo XVII, el pastel nupcial se convirtió en un plato popular en las bodas, llamado el pastel de novias. Consistía en un pastel de carne picada, muchas veces de cordero, decorado con migas de pan dulce. Como a “ingrediente” principal tenía un anillo de cristal. Se decía que la joven que encontrará ese anillo seria la próxima casadera.

A partir del siglo XIX, el pastel de boda se hizo realmente popular. Enseguida los pasteles se empezaron a elaborar con trozos de pasas o cerezas, solas o acompañadas, y algunas variaciones. Existía la extraña tradición de dormir con una porción debajo del cojín: las chicas que pusieran una porción de pastel debajo de la cama soñarían con su futuro marido.


Una tradición de los que muchos disfrutan en las bodas y esperan con más entusiasmo cada vez el diseño y elegancia.

Deja un comentario